Uhmmmm…esto me gusta pero ¿se tratará de otra “vende peines” que vende humo de colores? Mi tarjeta de visita dice que soy Consultora de Negocio y Estrategia pero la realidad es que lo que hago es ayudarte a ganar dinero. ¿Cómo?
Las casuísticas son varias y diversas y las problemáticas variadas pero si la solución está bien resuelta y bien ejecutada sí o sí tiene que sentar las bases para incrementar la facturación en el medio plazo o bien ser más eficiente trabajando reduciendo el coste. Hasta aquí, de Perogrullo.
La manera de abordar el problema pasa siempre por escuchar tanto lo que se dice como lo que no se dice y por grandes dosis de observación. Mirar únicamente el problema en sí mismo es para mí un error: hay que hacer, zoom in, zoom out y de nuevo zoom in. ¿Por qué? Porque los problemas no suelen ser entes aislados y solo cuando analizas el problema en toda su amplitud y complejidad y tienes en cuenta como juegan cada una de las variables en ese entorno concreto, puedes proporcionar la mejor solución. Y no se trata de analizar hasta la parálisis pero sin un correcto análisis, los cimientos de la solución no aguantarán.
Una vez tengo claro todo ello me meto en la cocina. Es la hora de ver qué están haciendo otros y qué opciones nos brinda tecnología. Todo ello, aderezado con la experiencia lo agito bien y empiezo a darle vueltas. Es la hora de la ideación, de pizarras y bolis de colores, de borra esto y simplifícalo con esto otro y después de días planteando posibles soluciones, llega el momento en que se te aparece LA SOLUCIÓN; esa que perseguías y no terminabas de dar forma en los borradores anteriores, la que tiene en cuenta las restricciones con las que hay que jugar y se adapta como un guante…vamos, es la que supone la cuadratura del círculo y te hace decirte a ti mismo “eso es”.
Algunas personas, en sesiones de networking, me comentan que ellos no creen que un consultor pueda aportar valor y que el mismo trabajo se puede realizar a nivel interno. He jugado en ambos campos y si el consultor es bueno, aporta valor y una mirada externa permite ver la foto y sus detalles (el problema y su contorno) de una manera distinta, aplica los filtros (soluciones) como otros no lo hacen y corrige errores con programas (tecnología) para la empresa desconocidos. Y a lo largo de todo el proceso involucra a los distintos integrantes de la empresa, se apoya en ellos en el proceso de búsqueda de la mejor solución. Los buenos consultores no solo te dan las gafas para ver, te ayudan a construirlas.
Y entramos en la última fase. Planteada y aprobada la solución llega el momento del salto al vacío: la implementación. Si el proyecto es ambicioso y requiere de cambios profundos en los procesos y la organización se implementará en fases; los tiempos son importantes y no queremos atragantarnos porque medimos mal los esfuerzos. Como en todo buen proyecto aparecerán problemas y una parte de mi trabajo es gestionarlos y solucionarlos, no decir que nunca se producirán.
Me encantaría contarte los proyectos que hago pero dada la sensibilidad de la información que manejo, no me es posible publicarlos. Todos las propuestas que planteo son excepcionales y brillantes en contenido y en forma. Si quieres mi talento puesto a trabajar para ti, aquí me tienes.
¿Hablamos?