Es habitual escuchar en los medios de comunicación comentarios del tipo “la empresa “X” ya no es tan competitiva”, “España ha perdido en competitividad respecto al año anterior…” “España está a la cola de la competitividad de las economías desarrolladas” pero realmente ¿sabemos a qué hacen referencia los medios al hablar de competitividad?
La competitividad es un término difuso, de uso generalizado y que genera confusión. ¿Se mide igual la competitividad de una empresa que de un país? ¿Cómo se mide la competitividad de un país? ¿Para qué sirve un ranking de competitividad?
La competitividad de una empresa es la capacidad que tiene para obtener rentabilidad en el mercado en relación a sus competidores. ¿Qué factores de influencia se suelen considerar?
- Productividad (relación entre lo producido y los medios empleados) dependiente, en economías desarrolladas, en gran parte de la tecnología y de la formación del capital humano.
- Costes de producción: salarios, materias primas, energía,…
- Precios de los productos y/ó servicios
- Tipo de cambio
Hoy en día, teniendo en cuenta los recortes de inversión en tecnología y formación y la fortaleza del euro frente a otras monedas, la competitividad de las empresas se ha jugado a dos cartas: los recortes salariales y la bajada de precios.
Y es que una empresa no es un ente aislado en sí mismo y ajena al entorno en el que opera, siendo afectada directamente por tres elementos: industria en la que opera, y región o país en la que se sitúa; es decir, el conjunto de políticas, instituciones y factores inciden directamente en el incremento de la productividad, los niveles de ingresos y las oportunidades.
Entonces, ¿a qué se hace referencia cuando se habla de competitividad de un país? Porter en 1993 y Krugman en 1997 ya dijeron que “las que compiten no son las naciones, sino las empresas”. Es decir, que la competitividad de un país viene dada por la competitividad de su tejido empresarial. Así las cosas, podríamos definir la competitividad de un país como la capacidad que tienen el conjunto de sus empresas de obtener rentabilidad en el mercado frente a sus competidores.
El Global Competitiveness Index elaborado anualmente por el World Economic Forum mide la competitividad de cada país teniendo en cuenta las características de su economía, la estructura y desempeño de sus instituciones y el resultado de sus políticas en el corto y medio plazo. Proporciona una valoración numérica que permite a cada país la comparación con sus competidores y evalúa su propio progreso en áreas críticas para la competitividad.
Este índice es construido en base a datos estadísticos publicados por organismos oficiales nacionales e internacionales y a los resultados de una encuesta realizada a 14.000 líderes empresariales en 144 países. En total, 12 factores (que suponen 115 indicadores) estructurados en tres grupos:
- factores básicos (los mínimos a atender por cualquier país para acrecentar su competitividad): instituciones, infraestructura, entorno macroeconómico, sanidad y educación primaria
- factores potenciadores o habilitadores de eficiencia: educación superior y formación, eficiencia de los mercados de productos, eficiencia del mercado laboral, desarrollo del mercado financiero, madurez tecnológica y tamaño del mercado
- factores de innovación y sofisticación.
De acuerdo este ránking, España presentaba en el año 2014 una competitividad de 4,5 puntos sobre 7 (retrocediendo un 0,51% respecto al año anterior) y ocupando la posición nº 35 de los 144 países analizados.
Si analizamos por país la información de los 115 indicadores rápidamente nos damos cuenta de sus fortalezas y debilidades para favorecer las condiciones idóneas de prosperidad. ¿Interesa invertir en él? ¿Es estable?¿Va sernos factible operar en él?
¿Hablamos?