Esta semana cayó en mis manos un artículo cuyo titular rezaba como sigue: “Una cosa es hacer negocio y otra es hacer empresa”. Esta reflexión y toda su argumentación me dio que pensar.
Estoy convencida que más de uno y más de dos se estarán preguntando “¿pero hay diferencia?” Y es que en la coyuntura actual, donde reina el cortoplacismo y hacer dinero rápido tienden a desdibujarse las barreras a fuerza de repetición (de manera orquestada, no lo perdamos de vista) y parece que una cosa y la otra es la misma.
Sin embargo, los enfoques en cada una de las opciones, son radicalmente opuestos:
- generar valor desde un proyecto versus generar dinero desde las operaciones
- crear riqueza para todos los stakeholders vs crear riqueza para unos pocos en detrimento del resto
- actuar dentro de un marco de valores vs el “todo vale” si de generar beneficios se trata
- horizonte temporal de medio largo plazo vs horizonte cortoplacista
Y es que actuar de acuerdo a un enfoque u otro, trae consecuencias bien distintas en términos de políticas de RRHH, gestión de riesgos, políticas medioambientales e impacto en la sociedad. Bajo el paraguas de la “crisis”, todo no vale.
Debemos ser capaces de desarrollar y hacer crecer empresas con proyectos innovadores y sostenibles en el medio y largo plazo, que generen valor de forma continuada para sus clientes y riqueza para la sociedad. Proyectos que se ejecuten con una dirección y en base a unos valores, donde sus integrantes generen valor y se sientan valorados, estimulados y soportados en su día a día y a la hora de asumir nuevos retos y dificultades. Proyectos donde el error se permita y constituya fuente de conocimiento.
Porque a día de hoy, esta es la única manera sostenible de avanzar.
¿Hablamos?