En muchas reuniones de negocio es habitual escuchar “yo creo…”, “yo opino…”. El problema de las opiniones y las creencias es que cada uno tiene derecho a tener las suyas propias y discutir sobre ellas es perder el tiempo. Sin embargo, lo que sí podemos discutir es en torno a los datos.
Los sistemas de información en las empresas cobran cada vez mayor relevancia sin embargo todos los informes publicados apuntan en dos direcciones:
- Los datos se encuentran ubicados en silos no “lincados” entre sí.
- No se utilizan ni se explotan los datos disponibles en todo su potencial.
Cuando (1) y (2) se suceden resulta difícil extraer insights y tendencias. La toma de decisiones empresariales quedan enmarcadas dentro de nuestros pareceres y muchas veces las posponemos una y otra vez ante el desasosiego que genera tomar una decisión sin estar soportada en algo tangible.
Disponer de datos consistentes es el primer paso. A partir de aquí, hemos de trabajarlos y estructurarlos de forma tal que nos proporcionen información relevante y dinámica. Y es en este punto donde cobra especial relevancia la visualización de datos.
Siempre se ha dicho que “una imagen vale más que mil palabras“…y es esta fortaleza en la que se basa esta disciplina: explica de manera comprensible las relaciones entre los datos, sus causas y dependencias generando insights a golpe de vista.
Cuando aprendes a construir cuadros de mandos con este tipo de herramientas, los informes planteados en Excel quedan obsoletos y resultan demasiado rígidos. Por otra parte, el tiempo empleado en la elaboración del cuadro de mando así como el tiempo invertido en extraer conclusiones queda drásticamente reducido. Dado que todo son ventajas, ¿por qué no empezar a utilizarlo?
¿Hablamos?